Aprovechar las crisis y negar toda responsabilidad

Esta semana, los medios de comunicación de todo el mundo se centran en los Estados Unidos (EE. UU.), donde manifestaciones contra la injusticia racial están teniendo lugar por todo el país, lo que está produciendo enfrentamientos entre manifestantes y policía. Duele ver las imágenes del caos y la destrucción en ciudades de todos los Estados Unidos, al tiempo que emocionan los vídeos e informes sobre la solidaridad policial con los manifestantes. Las protestas, que han llegado a ciudades como París, Sídney o Tel Aviv, son ahora mundiales y miles de personas se reúnen para repetir I can’t breathe («No puedo respirar») en honor a George Floyd, el hombre negro asesinado bajo custodia policial la semana pasada en Minesota.

El oportunismo de la desinformación

Los informes preliminares sugieren que algunos agentes extranjeros ya están tratando de instrumentalizar la crisis para su propio beneficio. Por ejemplo, un análisis de cuentas de Twitter llevado a cabo por Politico ha descubierto que Rusia y China están inundando las redes sociales con contenido enfocado en la agitación de los EE. UU. y que incluye etiquetas relacionadas con George Floyd para impulsar mensajes divisorios. Pero se recomienda prudencia. Tal y como ha expuesto uno de los expertos:

«Los investigadores deben ser muy prudentes y responsables. ¿Se encontrarán indicadores de coordinación en redes sociales? ¡Por supuesto! Por su propia naturaleza, el activismo efectivo está coordinado. ¿Están los agentes estatales extranjeros intensificando los discursos en torno a las protestas en beneficio propio? ¡Claro! Se ha convertido en un acontecimiento internacional para los medios que se ajusta claramente a sus objetivos políticos de largo alcance. ¿Buscarán los agentes estatales extranjeros formas de avivar las protestas? ¿Quizá? Pero créanme, estaríamos igual con o sin estos esfuerzos extranjeros».

No obstante, algunos casos de esta semana indican hacia dónde apunta la desinformación afín al Kremlin en relación con las protestas de los EE. UU. Parece que los medios de comunicación a favor del Kremlin afirman que los disturbios están orquestados por el Partido Demócrata, que se basa en sus manuales de «revoluciones de colores», y que un veterano del ejército ucraniano ha estrellado un camión contra los manifestantes en Mineápolis, de forma similar al «golpe» de 2014 en Kiev. Sputnik ha llegado a afirmar que «Rusia nunca ha interferido en los asuntos estadounidenses y no intervendrá ahora», refiriéndose a las elecciones de los EE. UU. de 2016, en las que la intromisión rusa quedó demostrada de manera indiscutible.

La diferencia en la cobertura para el público interno también es digna de atención, tal y como se detalla, por ejemplo, en este artículo de Daily Beast escrito por Julia Davis. Aunque las informaciones en los medios de comunicación patrocinados por el Estado ruso en suelo estadounidense parecen simpatizar con los manifestantes, los medios estatales en Rusia pintan una imagen muy diferente. Un buen ejemplo es el artículo del tabloide ruso Komsomolskaya Pravda escrito por Dmitry Steshin, que se burla de los manifestantes de los EE. UU. al referirse a ellos como «musculosos ‘negratas’ delincuentes» y al decir que el twerking es el «baile nacional negro». Steshin publicó el mismo texto en redes sociales con el título «Consejo de todo corazón para los ‘negratas’ de Minesota y los Estados Unidos. Pegad a los blancos hasta que se vuelvan negros».

Por su parte, Margarita Simonyan, redactora jefe de RT, compartió esta publicación en Telegram y Bellingcat la expuso en un tuit para las audiencias de habla inglesa. En lugar de disculparse por esta descarada muestra de racismo, RT se reafirmó y atacó a Bellingcat, acusando falsamente a este grupo de investigación en fuentes abiertas de «alimentar las revueltas raciales de los EE. UU.».

Aunque todo depende en gran medida de cómo evolucione la situación en terreno estadounidense, es probable que veamos esfuerzos continuos de los medios de comunicación afines al Kremlin por centrarse en estos acontecimientos y utilizarlos en su propio beneficio, posiblemente como parte de una campaña en marcha para influir en las próximas elecciones de los EE. UU., especialmente enfocado en las comunidades negras.

Mientras tanto, un informe de Graphika, la empresa de análisis de redes sociales, señala que Rusia, China e Irán están empleando medios de comunicación patrocinados por el Estado para promover sus propios discursos sobre los EE. UU.

Protestas de inocencia

Los medios de comunicación afines al Kremlin también se han centrado en otro tipo de «protesta» esta semana: en protestar contra las acusaciones de que Rusia es, de alguna manera, responsable del pirateo informático del Bundestag en 2015 o de la caída del vuelo MH17.

En respuesta a la canciller Angela Merkel, que afirma tener «pruebas contundentes» que confirman la responsabilidad de Rusia en el ciberataque contra el Parlamento alemán, los medios de comunicación a favor del Kremlin se han puesto a la defensiva y han alegado que las acusaciones siguen el mismo patrón no corroborado que las relativas al envenenamiento de Skripal (un caso en el que la culpabilidad de Moscú quedó demostrada manifiestamente por el Gobierno británico). Como posibles explicaciones alternativas a estas «acusaciones sin fundamento», los medios afines al Kremlin han declarado que el cálculo alemán se basa o bien en el deseo de ver terminado el Nord Stream 2, o ha sido un pretexto para retirarse del desfile del Día de la Victoria de Rusia (cualquier opción podría valer, ¿no?).

Los medios de comunicación a favor del Kremlin también parecen inquietos por los inesperados comentarios de Igor Girkin, uno de los cuatro sospechosos acusados por la caída del MH17 en el este de Ucrania, que dijo sentirse «indirectamente responsable» de la tragedia. El 25 de mayo, los fiscales holandeses confirmaron a TASS que podrán añadir al caso las declaraciones de Girkin en los medios.

Las fuentes de desinformación afines al Kremlin han respondido con sus tradicionales negaciones y ofuscaciones sobre el MH17: no hubo una investigación «real» del accidente aéreo, el juicio no tiene pruebas de peso y, por supuesto, los ataques contra Rusia son infundados.

Quizá resulte tranquilizador saber que, en estos momentos tan inciertos, hay cosas que nunca cambian. A continuación, le presentamos los casos de esta semana para que pueda ver más ejemplos ya familiares de desinformación a favor del Kremlin, como las teorías conspirativas sobre el coronavirus, los malévolos multimillonarios que controlan la Unión Europea (UE) y los Rockefeller.