El año contado en tumbas

Mañana se cumple un año desde que Rusia inició la invasión a gran escala de Ucrania. La campaña de desinformación pro-Kremlin se anticipó al reguero sangriento de atrocidades y al sufrimiento humano inimaginable e inconmensurable que provocarían las fuerzas invasoras. Como ya informamos entonces, el constante flujo de mentiras urdidas por el Kremlin no ha dejado de manar hasta la fecha.
Sirviéndose de un cóctel tóxico de mentiras estudiadas, invenciones lanzadas a diestro y siniestro, hechos históricos alterados y opiniones magnificadas en beneficio de sus objetivos, el ecosistema de falacias y manipulación del Kremlin sigue envenenando mentes cercanas y lejanas.
Este cóctel tóxico sirve a algunos como detonante y justificación para cometer las atrocidades de las que hemos sido testigos, además de ser una útil herramienta para crear confusión y evitar así que otros actúen.
La UE en el punto de mira del Kremlin
La maquinaria pro-Kremlin de desinformación y manipulación sigue teniendo a los dirigentes de la UE en la mirilla. En esta ocasión, el ecosistema de desinformación adepto al Kremlin manipuló las palabras del alto representante de la UE Josep Borrell en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Esta tergiversación intencionada de las declaraciones del alto representante y vicepresidente, con la que se pretendía dar a entender que la UE y otros aliados occidentales se encontraban en conflicto directo con Rusia, corrió como la pólvora por el ecosistema pro-Kremlin y fue difundida por los canales diplomáticos oficiales, medios de comunicación y canales populares de Telegram. Y no solo se divulgó en ruso; también se crearon traducciones adulteradas de sus palabras al italiano, al español y al búlgaro.
Los últimos delirios discursivos siguen la estela de las afirmaciones previas de los adeptos al Kremlin sobre los supuestos planes de la UE de restringir la libertad de expresión. Estas manipulaciones del Kremlin tuvieron lugar después de que el alto representante y vicepresidente Borrell presentara el informe del SEAE sobre amenazas de manipulación de información e injerencia por parte de agentes extranjeros (FIMI) el 7 de febrero.
A juzgar por las airadas reacciones que se produjeron en el ecosistema de manipulación de la información del Kremlin, no cabe duda de que los comentarios del alto representante y vicepresidente Borrell y el informe del SEAE dieron en el blanco. Resulta cuando menos irónico y a todas luces cínico que Rusia, uno de los países que peor puntúa en el índice de libertad de prensa en el mundo y un entorno casi mortal para los medios de comunicación y los periodistas independientes, trate de tildar de ataques contra la libertad de expresión las acciones justificadas contra sus medios de comunicación propagandística.
El bodrio hueco que se sirvió a la Asamblea Federal
A pesar de que parte de su público necesitaba urgentemente sacudirse el sopor, los últimos desvaríos de Putin no fueron capaces de despertarlos.
Sus palabras no pasaron de ser el enésimo intento de justificar la guerra de Rusia contra Ucrania con pretextos absurdos y arrogantes además de falsos, como se ha demostrado en innumerables ocasiones. Los comentarios de Putin dejaron claro su intento violento de reescribir la historia y la naturaleza imperialista de la invasión rusa de Ucrania.
Las palabras poco imaginativas y llenas de falsedades que dedicó a la Asamblea Federal son una analogía casi perfecta de la Rusia que dirige, que las rondas de ovaciones poco entusiastas y ensayadas apenas lograron apuntalar.
Obsesionado con un pasado glorioso que nunca lo fue, sumido en la paranoia de estar rodeado de enemigos inexistentes, amargado por traiciones que nunca ocurrieron y envalentonado por delirios arrogantes de fortaleza y supremacía imperial que son una ilusión hecha añicos. Enredado en la maraña de mentiras que él mismo ha tejido, incapaz de afrontar la realidad, arrepentirse y enmendarse.
En otras noticias de desinformación de esta semana:
- Occidente quiere arrastrar a Bielorrusia a la guerra. Ninguno de sus países vecinos planea agredir a Bielorrusia salvo Rusia. Los discursos hostiles como el presentado aquí obedecen a varios objetivos. En primer lugar, tratan de ilustrar la falacia de que los países occidentales son agresivos y buscan un recrudecimiento del conflicto. En segundo lugar, pretenden justificar el argumento constante que plantea la guerra con un «Occidente agresivo». El último y más preocupante de sus objetivos es preparar las mentes para lo que pueda suceder en un futuro en el que Bielorrusia adquiriría un papel más activo en la invasión rusa de Ucrania.
- La Primavera de Praga de 1968 fue algo orquestado y no un movimiento democrático. Para controlar la situación actual y, lo que es más importante, la futura, los propagandistas del Kremlin mancillan y retuercen incansablemente la historia. La politización de la historia encaminada a adulterar los hechos para justificar los antojos y las conspiraciones de los actuales dirigentes, o lo que es lo mismo, el revisionismo histórico, es una de las herramientas más recurrentes del Kremlin, como hemos reflejado en artículos anteriores. En este caso, los propagandistas del Kremlin distorsionan el acontecimiento histórico de la Primavera de Praga en un intento de blanquear los crímenes de la Unión Soviética y presentar a Occidente como un enemigo histórico para justificar la agresión que está perpetrando actualmente el Kremlin.