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«Justo en el blanco», pero ¿de qué diana?

mayo 04, 2023

El mes de mayo suele asociarse a la alegría, a la primavera y a un verano ya a la vuelta de la esquina. En la esfera informativa rusa este mes de mayo es el segundo desde que comenzase la guerra a gran escala en Ucrania. Hace un año, Moscú se dio cuenta de que conquistar Ucrania no sería coser y cantar, como había pensado en un principio. En abril había perdido la Batalla de Kiev y las sanciones internacionales y el apoyo a Ucrania habían comenzado a fluir de forma más sistemática. El 26 de abril se celebró la primera reunión en Ramstein dirigida por EE. UU.

Las fuerzas rusas se decantaban cada vez más por la lucha a distancia —artillería, misiles o bombardeos aéreos—, a pesar de que el Estado y los medios adeptos al Kremlin alababan la valentía de la infantería que avanzaba victoriosa enfrentándose al peligro. Si las interminables peroratas diarias por parte del ministro de Defensa ruso anunciando los éxitos de Rusia y las derrotas del enemigo «Ucronazi» hubiesen sido ciertas, la Armada rusa habría llegado rápidamente a la frontera occidental de Ucrania con Polonia. En los meses que siguieron, quizás para compensar la falta de avances reales en el frente, el «gozo de bombardear» entró a formar parte del discurso oficial ruso; ya desde primavera los principales medios estatales hacían múltiples llamamientos a la aniquilación genocida de todo lo que tuviese que ver con Ucrania.

A pesar de los intentos rusos de aniquilarla, Ucrania celebró recientemente su resiliencia y la solidaridad de la sociedad durante un invierno marcado por el terror ruso.

¡Feliz y patriótico 1 de mayo!

Todo en Rusia se ve afectado por la guerra aunque los medios controlados por el Estado traten de edulcorar la realidad y darle una pátina festiva al 1 de mayo. Ahora se les llena la boca de «patriotismo». o lo que es lo mismo en su caso, militarización del espacio público, y adoración al fuerte líder. En las concentraciones y actos públicos del 1 de mayo celebrados por toda Rusia no solo hubo globos y flores, también una fuerte dosis de pancartas asociadas con las celebraciones del 9 de mayo, Día de la Victoria: la bandera de la victoria del Ejército Rojo y las cintas negras y amarillas de San Jorge. ¡Movilizaos el 1 de mayo!

Gracias. ¡Felicidades por los bombardeos!

Para no perder la costumbre de bombardear en ocasiones especiales, las fuerzas rusas lanzaron un ataque masivo con misiles sobre Ucrania el 1 de mayo, como ya lo hicieran el 27 y el 28 de abril, con la intención de sembrar nuevamente el pánico y el terror. Se cebaron particularmente con las regiones aledañas a Nicolaiev, Dnipró y Kiev y con los civiles. Había pasado un tiempo desde el último ataque sobre todo el país, que tuvo lugar el 9 de marzo y se interpretó como una especie de celebración del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer (muy celebrado tanto en Ucrania como en Rusia). Consulte también nuestro reciente reportaje sobre las narrativas relativas al bombardeo con misiles.

No deje de ver el provocador mapa de Ucrania manipulado mostrado en televisión, en el que la Federación Rusa se ha expandido a lo largo de la costa del mar Negro y más allá del río Dnipró.

El ministro de Defensa ruso anunció a bombo y platillo, como es su costumbre, que los últimos ataques con misiles habían dado «justo en el blanco». Los medios controlados por el Estado anunciaban triunfantes que los bombardeos «[atacaban] única y estrictamente objetivos militares». No obstante, las cámaras de los móviles captaron de inmediato imágenes de las zonas que realmente habían recibido los impactos. Cada vez es más difícil convencer al público de todo el mundo de que altos edificios de viviendas, parques infantiles o casas corrientes de pensionistas sean «importantes objetivos militares». Según la información local procedente del distrito de Pavlogrado, se bombardearon diecinueve bloques altos de viviendas, veinticinco casas y un edificio industrial. El 28 de abril fueron asesinados veintitrés civiles en Uman por un misil que impactó en un edificio alto de viviendas. El saldo de víctimas mortales de los ataques no deja de aumentar.

Solo una mente enfermiza que ignora las leyes básicas de la guerra consideraría a todos los civiles ucranianos y sus hogares objetivos «legítimos» pertenecientes a la defensa ucraniana. Los dirigentes rusos presumen de «armas modernas de precisión», pero lo cierto es que toda Ucrania se ha convertido en un objetivo indiscriminado de Moscú.

¿Son populares los bombardeos indiscriminados?

Lo escalofriante es que los ataques a la población civil no son por accidente, sino premeditados. A estas alturas, los soldados rusos, los responsables de la toma de decisiones y quienes les apoyan a lo largo de la cadena de mando poseen toda la información que necesitan para evitar atacar a la población civil o las estructuras no militares. A pesar de la censura y las restricciones, Telegram, YouTube, RuTube, VKontakte, TikTok etc. siguen transmitiendo información. Tras más de catorce meses de guerra a gran escala y una tromba de imágenes y reportajes no puede alegase que es la falta de información la que conduce a los líderes militares rusos y a los soldados a atacar a la población.

Un reciente estudio de la empresa de demoscopia Gallup indica que los índices de apoyo internacional de Rusia han caído en picado. No todo el mundo se traga eso de que atacan «objetivos militares legítimos». Más adelante analizaremos en detalle cómo las campañas internacionales de desinformación configuran las percepciones en otros países. En Rusia, la cantinela del Kremlin parece seguir teniendo tirón, al menos eso es lo que indican los recientes estudios llevados a cabo por el Centro Levada, una organización rusa de investigación sociológica prestigiosa e independiente: más del 70 % de los encuestados apoyaban total o parcialmente la guerra, y este dato se ha mantenido estable desde febrero de 2022.

Occidente está armando a Ucrania y por eso tenemos que traer la paz

Por machacón que resulte, el Kremlin sigue afirmando que «Kiev comenzó la guerra y Rusia tiene que traer la paz». Como siempre, Occidente es la mano siniestra que dirige las acciones de Kiev. Las imágenes de Ucrania muestran lo que ellos entienden por «paz» o «desnazificación»: destrucción y asesinatos a gran escala.

Calentando motores para el 9 de mayo: qué debemos esperar

Se ha intensificado la retórica del Kremlin en las televisiones estatales: Occidente agita delante del rostro de Rusia una guerra y Ucrania no es más que su martillo.

El año pasado le ofrecimos un avance de los acontecimientos del 9 de mayo y resultó ser exactamente lo que dictaba el manual del Kremlin. Este año, prepárese para un cóctel tóxico de las retorcidas y demenciales lecciones de historia de Putin y sus ataques verbales contra Occidente, aderezados con ruido de sables nuclear casi apocalíptico.

Aunque seis regiones rusas cercanas a Ucrania hayan cancelado los desfiles, esperamos que las carreteras que rodean la Plaza Roja de Moscú se llenen de vehículos mastodónticos destinados a cargar misiles balísticos entre otros. Probablemente surcarán el cielo de Moscú aviones a reacción militares. El parloteo lleno de patetismo exagerado de los oradores se referirá a la Rusia histórica, invencible e inmortal, y trazará una línea recta histórica entre Stalingrado y Sebastopol y las trincheras de hoy en día. Probablemente los medios de comunicación comparen la guerra urbana y la inmensa destrucción de la artillería en Bajmut con la de Berlín en la Segunda Guerra Mundial. Una «Z» gigante cubre ya los edificios de Moscú.

Serán muy pocos los invitados internacionales de alto nivel. Esto preocupa más al Kremlin de lo que están dispuestos a admitir públicamente, ya que deja claro el grado de aislamiento de Rusia. Pero cara a la galería hay que lanzar otro mensaje: «Esta es nuestra celebración rusa, a quién le importan los extranjeros».

No todo iba a ser gloria. La atroz guerra en Ucrania no se ha traducido en una victoria y el elevado número de víctimas es un gran problema. La única forma de seguir adelante es recurrir al viejo recurso de «¡esto es para defender a la madre patria!» Es una guerra existencial, ¡se trata de la supervivencia de Rusia! Las personas que no puedan o no quieran darles el parabién serán extirpadas o pasarán un largo periodo en la cárcel, como le ocurrió a Vladimir Kará-Murza. Acaban de sentenciarle a veinticinco años de cárcel precisamente por criticar la guerra, una pena que supera a las de la era soviética por cargos similares.

También bajo el radar de EUvsDisinfo esta semana:

  • Estados Unidos se inventa supuestos planes del Kremlin para influir a los Estados bálticos y ocultar así sus propios problemas. Esta historia ilustra la clásica técnica del Kremlin consistente en cargarle la culpa a otros cuando periodistas de investigación independientes de distintos medios prestigiosos escarban y sacan a la luz nuevas argucias de la caja de herramientas híbridas de Rusia. Ahora que varios países de la UE han debilitado las redes de espionaje rusas expulsando a agentes-diplomáticos, Moscú busca formas alternativas de ejercer su influencia.
  • Die Welt propuso matar a Putin. Este ejemplo de desinformación y manipulación es especialmente ilustrativo por varios motivos. En primer lugar, lo retransmitió la principal cadena estatal rusa, Rossiya 1, así que refleja «la voz de su amo». En segundo lugar, es una burda tergiversación de las palabras de un medio prestigioso, en este caso, el periódico alemán Die Welt, con la que se pretende desacreditar a la prensa independiente, que constituye el pilar básico del libre intercambio de información y opinión propio de nuestras democracias. El artículo de Die Welt no menciona en ningún momento el asesinato de Putin. En tercer lugar, trata de desviar la atención del debate atribuyendo motivos siniestros a uno de sus oponentes. En cuarto lugar, se refiere a algo que es tabú en Rusia: hablar del destino del gran líder es un pecado capital. Personifica la Rusia moderna, como afirmó en una ocasión Vyacheslav Volodin, ahora portavoz de la Duma (Parlamento): «No hay Rusia hoy si no hay Putin».
  • Hay que acabar con el régimen neonazi de Kiev. ¿Ya lo había oído antes? Claro que sí, un millón de veces. Pero lo importante del caso es que refleja el pensamiento actual del ecosistema de desinformación adepto al Kremlin y, por tanto, de Moscú. No hace un año, sino ahora mismo, mientras lee este artículo. Este pensamiento es inmune a más de catorce meses de guerra dura, más de cien mil muertos y pérdidas adicionales del lado ruso. Inmune a las llamadas a un pacto con Kiev, un entendimiento, o un acuerdo de paz. La insistencia manipuladora en que el enemigo en Kiev es, sencillamente, nazi, a pesar de las toneladas de pruebas que lo desmienten (consulte nuestros más de mil casos), demuestra que no hay vuelta atrás.

Preparémonos para el 9 de mayo.