Adivinar el futuro con vídeos
La desinformación pro-Kremlin evoluciona, se adapta a las nuevas circunstancias y adopta nuevos métodos, enfoques y formatos. Un buen mentiroso tiene que ser un buen oyente. Las campañas de desinformación calibran con esmero los agravios, la superstición y los prejuicios del público al que se dirigen, y alimentan varias teorías conspirativas. Puede usarse incluso un vídeo de rock para «probar» afirmaciones sin fundamento. De acuerdo con una publicación pro-Kremlin en Armenia, se emitió una advertencia sobre la guerra en Nagorno-Karabaj en el vídeo 911 de Lady Gaga, más de una semana antes de que comenzara. El vídeo contiene referencias a una película de cine-arte clásica armenia de la época soviética, altamente visual: El color de la granada. La película de 1969 se considera un hito en la historia del cine y el vídeo de Lady Gaga reinterpreta varias escenas en detalle. En un momento dado, aparece una palabra en armenio: զգուշություն, «zgushut’yun» (precaución). Y aquí es donde la publicación se apodera del deslumbrante vídeo de Lady Gaga y se lanza a lo que podríamos considerar un frenesí semiótico:
Lady Gaga representa a Armenia, atropellada por un automovilista (Azerbaiyán). Va en bicicleta, lo que simboliza la debilidad de Armenia ante la agresión azerbaiyana. La bicicleta es atropellada. Una mujer vestida con ropas armenias se sienta junto a su hijo, envuelta cual momia con una cruz roja. Esta imagen simboliza el gran número de bajas producidas entre la población armenia. Lady Gaga entra en coma y tiene una visión de un vaquero americano (la América de Trump).
Leer las hojas de té
La taseografía es el «arte» de la adivinación a través de hojas de té, posos de café, restos de cerveza o cualquier otro medio adecuado; en este caso: vídeos de rock. El vidente identifica las formas y dibujos y presenta varios mensajes enigmáticos, estudiando atentamente las reacciones del interlocutor. Este enfoque es bastante común en los medios de comunicación pro-Kremlin: El diario de mayor tirada de Rusia comparte anualmente «interpretaciones» de la portada de The Economist:
La reputada revista es llamada portavoz mundial de los Rothschild; el clan financiero más antiguo del planeta. Según los editores, lo leen seis millones de lectores a la semana, entre ellos, líderes mundiales de la política y la economía. [Las portadas] no ofrecen un mero pronóstico, sino que son las visiones, los vectores y las ambiciones de las élites occidentales. Por eso son interesantes para nosotros. Las portadas anteriores con las predicciones eran vistosas, contenían adivinanzas, collages, matrices informáticas, incluso cartas de tarot y cifras basadas en el famoso código da Vinci.
Durante varios años, el Komsomolskaya Pravda ha dedicado sus páginas a descodificar los mensajes secretos de los Rothschild procedentes de quienes gobiernan entre bastidores. Uno de sus columnistas incluso ha sugerido un nombre para dichos gobernantes: Los Sabios de Sion, refiriéndose a un antiguo libelo antisemita.
Conspiraciones por doquier
La mayoría de la desinformación de esta semana es algo menos vistosa. A decir verdad, bastante insulsa. Encontramos las retóricas infundadas habituales, repetidas frecuentemente y poco innovadoras sobre los nazis, los liberales sedientos de sangre y los EE. UU. tratando de rodear a Rusia. Tenemos los ataques de siempre a Polonia, Lituania y Ucrania por su supuesta interferencia en Bielorrusia, y encontramos varias historias bien hilvanadas, confeccionadas a medida para el público alemán, sobre la COVID-19: «Las mascarillas y los tests no tienen sentido», afirma RT, la cadena propiedad del Kremlin, a su audiencia alemana, mientras las autoridades de Moscú preparan medidas más estrictas para asegurar que se usen mascarillas y se hagan tests. Y solamente Rusia ha logrado producir una vacuna contra la COVID-19. La mayoría de estos argumentos ya están muy vistos, pero, así y todo, no por antiguos dejan de ser mentira. Bielorrusia sigue estando en el centro de atención de los medios de desinformación: las decenas de miles de personas que protestaron durante más de dos meses después de las elecciones amañadas son meras marionetas, cuyos hilos mueven titiriteros poderosos en todo el mundo. La cobertura ofrecida por los medios de comunicación pro-Kremlin sobre las protestas en Kirguistán sigue el mismo patrón: una conspiración de fuerzas extranjeras. Aquí nos encontramos de nuevo con los poderosos Maestros ocultos entre bastidores. Los videntes pro-Kremlin, al interpretar el vídeo de Lady Gaga llegan a la misma conclusión: detrás de la guerra en Nagorno-Karabaj se hallan las élites mundiales:
De hecho, a través de ella, los «illuminati» han emitido un aviso sobre la guerra contra nosotros, planeada por los globalistas ocultos.
Es un intento cínico de sacar provecho de la tragedia de la guerra. A Rusia se le da el papel de salvadora, la que frena a Turquía:
Rusia envía a Armenia la luz, la ayuda, aunque el país no toma ninguna acción por sí mismo; solamente retiene a la serpiente.
El secreto de una desinformación de éxito es, como en el caso de los videntes, la capacidad de contar mentiras piadosas a un público selecto. Decir a los alemanes que llevar mascarilla es inútil; decir al público ruso que las mascarillas son buenas. Repetir las mentiras hasta perfeccionarlas… Adaptar, ajustar… La desinformación adopta muchas formas: tenemos jaja-ganda, blabla-ganda y, ahora, Gaga-ganda. La desinformación sin duda evoluciona.