La «paz» al servicio de la guerra

Los manidos temas recurrentes de la desinformación no pueden ocultar el cinismo y las verdaderas intenciones que se esconden tras la operación especial de «paz» del Kremlin.
La semana pasada se cumplió un año desde que Rusia inició su invasión no provocada e injustificada de Ucrania.
Como ya anticipamos, el discurso de Putin ante la Asamblea Federal de Rusia del 21 de febrero fue un soporífero cóctel de neolengua del Kremlin. El discurso estaba teñido de revisionismo histórico con fines políticos, mentiras para justificar una agresión injustificable y un intento desesperado de vender la invasión rusa de Ucrania como una lucha contra la OTAN y las potencias occidentales.
Las palabras huecas de Putin no lograron explicar por qué las maquinaciones del Kremlin del último año han resultado ser, una tras otra, falsas, por no hablar de sus delirios y la constante tromba de desinformación, manipulaciones engañosas y mentiras. Incapaz de ofrecer a la ciudadanía una perspectiva ilusionante de futuro, el Kremlin recurrió, como era de esperar, a jalear a los invasores de manos ensangrentadas con ajados temas recurrentes de desinformación.
Operación especial de «paz»
Como hemos reflejado en nuestros artículos una y otra vez, el Kremlin no ceja en su cínico empeño de explotar la «paz». En Kremlinés, la palabra «paz» se emplea para referirse a una forma apenas velada de exigir a Ucrania que se rinda, ceda ante la ocupación, pierda su soberanía y abrace la rusificación. Al mismo tiempo, el Kremlin pretende confundir y distraer a la opinión pública occidental que pueda desconocer las verdaderas intenciones que se ocultan tras sus conversaciones de «paz».
Entretanto, el 24 de febrero, China publicó su «Postura para una solución política a la crisis en Ucrania», cuyos doce puntos han sido recibidos con frialdad. China aún no ha declarado considerar a Rusia la agresora y se obstina en utilizar el término «crisis» para describir la devastación de Ucrania, en lugar de otro mucho más adecuado: guerra.
No obstante, el documento sí recoge una crítica apenas disimulada contra Estados Unidos, la OTAN y Occidente, haciendo referencia a la supuesta politización de cuestiones humanitarias, el uso de sanciones y la «armamentización» del «sistema económico internacional».
El documento chino también incide en la necesidad de abandonar la «mentalidad de Guerra Fría» y las armas químicas y biológicas, haciéndose eco de las frecuentes acusaciones que, desde hace doce meses (más, en realidad) vierten por igual los medios de comunicación chinos controlados por el Estado y los medios de desinformación adeptos al Kremlin.
El idilio de los ecosistemas FIMI de China y Rusia
El ecosistema chino de manipulación informativa e injerencias extranjeras estaba sin duda sobre aviso de la publicación del documento. Los canales diplomáticos chinos de Twitter, sus embajadas en todo el mundo y sus medios de comunicación controlados por el Estado difundieron rápido y premeditadamente el documento y sus muchas traducciones. También entraron en escena los amplificadores de noticias y otros actores del ecosistema chino, que convirtieron el documento en publicaciones de imágenes, entradas de Facebook y publicaciones y respuestas en Quora.
El ecosistema de manipulación de la información ruso tampoco tardó en unirse a la comparsa y divulgar a bombo y platillo el documento chino, que disfrutó de una gran difusión en los canales oficiales de propaganda rusos como la edición en alemán de RT y Sputnik International. Ya hemos informado en anteriores ocasiones sobre las acciones manipulativas pactadas entre China y Rusia, como ocurrió con el primer informe del SEAE sobre amenazas FIMI, publicado recientemente.
Como dejó claro el alto representante de la UE, Josep Borrell, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU y en una entrada de blog al respecto, para que pueda prosperar una paz justa en Ucrania, Rusia, único agresor, debe detener sus ataques, poner fin a todas sus hostilidades y retirar todos sus efectivos militares del país, y debe hacerlo de manera inmediata, completa e incondicional.
Otras mentiras pro-Kremlin que han tratado de colarse en nuestras mentes esta semana:
- Estados Unidos mantiene viva la guerra de Ucrania para que Rusia se vea obligada a negociar con ella. Este pequeño fragmento de desinformación encierra un inmenso contenido. En primer lugar, trata de hacer ver que la guerra de Ucrania es una contienda entre Rusia y Estados Unidos, y no una agresión pura y dura de Rusia contra Ucrania. En segundo lugar, sugiere que Estados Unidos seguiría adelante con las negociaciones con Rusia sin Ucrania o sus aliados occidentales. Tal argumento pretende crear desunión entre los aliados occidentales, sembrar miedos infundados entre Ucrania y quienes la apoyan e inflar la autoimagen delirante de Rusia como potencia equiparable a Estados Unidos. El Consejo Europeo ha dejado claro en su declaración que «el futuro de Ucrania deben decidirlo los ucranianos» y «la Unión Europea seguirá apoyando a Ucrania el tiempo que sea necesario».
- Los nacionalistas ucranianos planean una operación de falsa bandera en la región moldava de Transnistria. No, no es así. Pero deberíamos temernos los próximos movimientos de Moscú tras esta declaración, dado su largo historial de escenificación de operaciones de falsa bandera que nunca ocurrieron y fabricación de pruebas falsas. EUvsDisinfo también informó sobre las acusaciones del Kremlin de operaciones de falsa bandera inexistentes antes de la invasión a gran escala iniciada el año pasado. Por último, para confundir a los aliados de Ucrania, el Kremlin trata constantemente con sus intentos de desinformación de dar una imagen falsa de Ucrania y los ucranianos con narrativas falaces y engañosas, como las de la «Ucrania nazi» y la «Ucrania agresiva».
- La Estrategia Nacional contra la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva adoptada por España está motivada por su preocupación por la corrupción de Ucrania. Este bocado de desinformación dirigido a la comunidad hispanohablante trata de ligar un proceso totalmente independiente iniciado por el Gobierno español con las narrativas de desinformación del Kremlin que versan sobre la corrupción en Ucrania y afirman que la ayuda militar occidental termina en manos equivocadas y que Ucrania contempla utilizar armas químicas o biológicas. Estas falacias, que se han desmentido varias veces, tienen el propósito de desgastar el apoyo a Ucrania planteando que es moralmente cuestionable.