El Kremlin desacredita las protestas
Probablemente no sorprenda a nadie que Alekséi Navalny y las protestas contra su detención sean el centro de atención de los intentos de desinformación pro-Kremlin de esta semana. Aproximadamente una tercera parte de los casos recogidos esta semana se centran en este líder disidente y las protestas.
Se puede ver claramente una pauta, ya que el ecosistema de desinformación pro-Kremlin tiene dos misiones: desacreditar las protestas y difamar a Navalny.
La primera, desacreditar las protestas, se lleva a cabo en todas las plataformas disponibles. Para ello, resulta importante describir las protestas como un fracaso con escasos participantes. Tiene lugar una especie de subasta retorcida, en la que cada autoridad rusa intenta ofrecer menos que las demás. El «ganador» de esta competición es, de momento, el Departamento de Seguridad Regional de la Ciudad de Moscú, el cual afirma que 300 personas participaron en las manifestaciones del 31 de enero. Entretanto, los expedientes de la Policía de la Ciudad de Moscú, recogidos por la ONG OVD-Info muestran cerca de dos mil detenidos. Haga cuentas…
«Jóvenes e inmaduros»
Sin embargo, no basta con hacer creer que las cifras son insignificantes, sino que también hay que desacreditar a los participantes. Medios de comunicación nacionalistas como Tsargrad utilizan el término «cachorros de Navalny» (навальнята) para seguir recalcando que los manifestantes eran solamente colegiales. El término «revolucionarios de mamá» (мамкины революционеры) apareció en agosto del año pasado para describir las protestas en Bielorrusia y ahora se aplica a protestas de toda Rusia.
Tsargrad escribe con un regodeo apenas disimulado:
Una «estrella de TikTok» fue arrestada tras vandalizar un coche de la FSB. Este «revolucionario de mamá» empezó a lamentarse en las redes: «Para ser sincero, tengo miedo…».
Describir los movimientos de protesta como una panda de colegiales sirve a dos propósitos. En primer lugar, confiere una imagen de inmadurez a la disidencia. En segundo lugar, sugiere que estos chavales no son más que títeres, carne de cañón de una guerra informativa, niños explotados inconscientemente por unos cínicos maestros titiriteros: Occidente, los EE. UU. , los liberales, los neoliberales , la inteligencia extranjera, China o el mismo Navalny. Da igual quién mueve los hilos, lo importante es dar la impresión de que las protestas carecen de un verdadero apoyo popular.
«Un traidor y un instrumento»
La segunda misión, difamar a Navalny, oscila entre un intento de demonizarle e introducir un discurso antagónico, que le describe como «instrumento». La cadena estatal RT emitió fielmente un vídeo de vigilancia el 1 de febrero, que habría sido filmado por un agente de la policía secreta rusa, la FSB, que presuntamente mostraba un supuesto encuentro de hace ocho años entre un colaborador de Navalny y ¡un supuesto espía británico! Parece que RT intenta complacer al Kremlin con la emisión de vídeos antiguos de la FSB tras los pasos en falso dados a principios de esta semana, en los cuales sugerían la anexión de la región oriental de Ucrania.
Russian South Front, un medio de comunicación en inglés del ecosistema de desinformación pro-Kremlin, repite maquinalmente los temas de discusión de RT: Navalny es un espía (supuestamente) y un delincuente convicto que solo gracias al humanitario ordenamiento jurídico ruso ha conseguido mantenerse fuera de la cárcel:
Rusia parece figurar entre los países más libres y tolerantes de todo el mundo y Navalny todavía no ha sido condenado por su traición.
Navalny ha sido descrito reiteradamente como un «Flautista de Hamelín» que hipnotiza a los niños para que se unan a las protestas. El hecho de que los diplomáticos internacionales estén haciendo su trabajo, observando las vistas judiciales, se difunde como «prueba» de la lealtad de Navalny a los poderes extranjeros. El comunicado de la Embajada de los EE. UU. a la comunidad americana en Moscú (en inglés) sobre las manifestaciones se ha considerado como «prueba» de la implicación en la protesta de dicha Embajada.
Otro elemento recurrente en relación con las protestas nacionales es la afirmación de que son ilegales. Podemos consultar estas afirmaciones aquí, aquí y aquí. No lo son. El artículo 31 de la constitución rusa concede a los ciudadanos rusos el derecho a reunirse y a expresar sus opiniones públicamente.
Otro tema importante en los casos recogidos esta semana es la pandemia de COVID-19, en el cual percibimos un resurgimiento del tropo «virus artificial». Un medio de comunicación pro-Kremlin de Armenia desempolva el antiguo relato sobre un plan «maltusiano» para reducir la población mundial. Esta afirmación vincula los actuales intentos de desinformación con el primer caso documentado de desinformación sobre el coronavirus en la base de datos EUvsDisinfo, de 22 de enero de 2020, en Sputnik Bielorrusia. La reivindicación del origen artificial del virus SARS-CoV-2 ha estado más o menos latente en el ecosistema pro-Kremlin desde el verano de 2020. EUvsDisinfo seguirá la evolución de esta afirmación.
Casos curiosos de esta semana:
- Los marxistas culturales lavan los cerebros de Occidente
- El Primer Ministro de los Países Bajos participó en el derribo del vuelo MH17
- Una diplomática estadounidense provocó 13 000 muertes en Ucrania