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Otra clásica mezcla enrevesada de falacias y narrativas engañosas

abril 20, 2023

Si de algo se puede tachar a los propagandistas del Kremlin es de ser constantes. Llevan intentando eludir la responsabilidad de Rusia por su injustificada guerra de agresión contra Ucrania desde el primer día y la semana pasada no fue una excepción. Pero esta vez algunos intentos de cargar con la culpa a EE. UU., la OTAN y otros han llamado especialmente la atención.

En primer lugar, destaca el clásico argumento de que Rusia no tenía más elección que invadir Ucrania si quería frenar un supuesto ataque a Rusia liderado por EE. UU. En esta ocasión, los medios llegaron a aseverar que Rusia logró detener el estallido de la Tercera Guerra Mundial. Con esta recurrente narrativa de desinformación pro-Kremlin sobre un plan de ataque agresivo de EE. UU. contra Rusia, se pretende presentar al país como víctima y eludir todas las responsabilidades de Moscú en la invasión militar injustificada de Ucrania y la anexión ilegal de Crimea en 2014. En lugar de evitar la Tercera Guerra Mundial, la decisión de Putin de invadir Ucrania ha dado inicio al mayor conflicto militar conocido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

En una línea similar, la versión polaca de Sputnik ha intentado hacer ver que EE. UU. es el principal beneficiario de la «crisis de Ucrania», puesto que «su clase dirigente está aterrada ante la posibilidad de que Moscú refuerce su poder global». Esta es otra de las arraigadas narrativas pro-Kremlin con la que se pretende presentar la guerra de Rusia contra Ucrania como una confrontación con un Occidente rusofóbico y beligerante.

En una nueva vuelta de tuerca, otras declaraciones en torno a este tema aseguran que los «dueños y señores occidentales» de Letonia han forzado al país a enviar a sus soldados a Ucrania «como carne de cañón». A ojos del Kremlin, prácticamente todo el mundo es una marioneta de EE. UU. o la OTAN. Esta es otra antiquísima narrativa de desinformación que intenta desproveer de agencia a numerosos países y dibujar un escenario maniqueo de una supuesta confrontación entre dos grandes potencias: Rusia y EE. UU.

Si no sucedió, finge que pasó

La semana pasada, agentes de manipulación informativa rusos activos en varias plataformas de redes sociales fueron sorprendidos en dos ocasiones distintas difundiendo falsas portadas de revistas humillando a Ucrania. La primera, que ridiculizaba a las fuerzas armadas ucranianas y al presidente Zelenski, era una supuesta portada de la revista española de humor El Jueves. La imagen fue primero compartida por un antiguo diputado de Ucrania, ahora desertado en Rusia, y difundida después en varios canales pro-Kremlin de Telegram, VKontakte y Odnoklassniki. La segunda, también en tono de mofa contra el presidente Zelenski, fue supuestamente publicada por el diario británico The New European. Inicialmente fue compartida en Telegram por otro usuario y después, de forma similar, amplificada en determinados canales de Telegram, VKontakte y Odnoklassniki.

El Centro de Lucha contra la Desinformación ucraniano ha desmentido con rapidez y rotundidad ambas portadas, ya que no es difícil verificar si una revista ha publicado una determinada portada. Sin embargo, ante dos casos de manipulación como estos, de relativamente poco alcance, se podría considerar fácilmente que no son parte del modus operandi habitual de la propaganda rusa si no fuese porque en este último mes también se han producido casos similares con un medio satírico francés y otro turco. Comparados con otros casos recientes y similares, estos dos de la semana pasada no fueron tan compartidos en el ecosistema ruso de manipulación de la información. Esto podría sugerir que dicha manipulación no está teniendo el efecto esperado en el público objetivo.

A decir verdad, la producción y difusión de portadas falsas de revistas y otro tipo de contenido es una táctica recurrente y en constante evolución que los medio de desinformación rusos utilizan para inducir a error. En su primer informe sobre manipulación de información e injerencia por parte de agentes extranjeros, publicado en febrero, el Servicio Europeo de Acción Exterior concluyó, a partir de datos de acceso público, que las técnicas de suplantación actuales son más sofisticadas que nunca. Los agentes rusos recurren a la suplantación de personas y organizaciones y medios internacionales de confianza con el objetivo de atacar a Ucrania. La realidad es que están bombardeando internet con todo tipo de falacias, esperando que algunas de ellas sean creídas. Tanto dentro como fuera de la UE.

Otros casos de desinformación pro-Kremlin de la semana pasada:

  • La versión en español de Sputnik afirmó que, según un nuevo documento del FBI, los responsables de los atentados del 11S contaban con el respaldo de la CIA. En absoluto. El documento en cuestión no había sido preparado por el FBI y tampoco afirma que la CIA apoyase a los atacantes del 11S. Es una absoluta distorsión de los hechos enfocada a promover la narrativa de que los atentados del 11S se planificaron desde dentro y de que EE. UU. es partidario del terrorismo.
  • La versión en lengua española de Sputnik intenta hacer creer que mientras Kiev ataca a civiles, Rusia se esfuerza por reconstruir ciudades. Pero lo que está sucediendo, de hecho, es justo lo contrario. Rusia es la responsable de la mayor parte de la destrucción causada en numerosas ciudades, como Mariúpol. Y, al mismo tiempo, Rusia sigue bombardeando objetivos civiles en Ucrania, incluso en las provincias de Zaporiyia y Jersón.
  • Baltnews, otra conocida pieza de la maquinaria de desinformación del Kremlin, ha insistido en que los refugiados ucranianos son neonazis que van a destruir la Unión Europea. Lo único en lo que sí tienen razón es que el número de refugiados que se encuentra en la Unión es verdaderamente elevado (8 millones), todo ello como resultado de la guerra de agresión de Rusia. Los esfuerzos para demonizar a gente que ya ha sufrido tantísimo es un recurrente y cruel intento del Kremlin de sembrar discordia entre los Estados miembros de la UE y obstaculizar su apoyo a Ucrania.