RUSIA NO HA SIDO… (Y DE TODAS FORMAS, NO HAY PRUEBAS)

Aunque las pruebas apuntan a todo lo contrario, los medios pro-Kremlin siguen insistiendo en que Rusia no tuvo nada que ver con el derribo del vuelo MH17, el envenenamiento de los Skripal ni las interferencias en las elecciones estadounidenses.
Además de estos viejos clásicos, esta semana nos ha regalado una nueva joya en temas de desinformación. Sucede a veces que decimos algo y no nos damos cuenta hasta más tarde de que nuestras palabras podrían interpretarse de varias formas. Sin embargo, cuando se trata de la política exterior rusa, las declaraciones improbables parecen ser intencionadas más que accidentales. Uno de los ejemplos más flagrantes es la reivindicación de que la política exterior rusa «se basa en el respeto del derecho internacional y no acepta intentos por dominar, dictar la voluntad de otros sobre países independientes ni interferir en los asuntos de su soberanía». Esta frase deja al público preguntándose si la anexión de Crimea no se ve como una interferencia en los asuntos de un país independiente o es que los hechos se han tergiversado hasta convertirse en irreconocibles.
Es precisamente esta «no interferencia» en Ucrania o Georgia la que impulsó a un grupo de senadores demócratas estadounidenses a escribir una resolución contra la participación de Rusia en el G7. En lugar de abordar los motivos de esta iniciativa, los medios pro-Kremlin jugaron la carta de la rusofobia. El mismo enfoque se utilizó cuando Occidente observó que antes de que se votaran las enmiendas a la constitución rusa —que permitirá al presidente Vladimir Putin mantenerse en el poder hasta 2036— se prohibió hacer campaña tanto a favor como en contra de los cambios propuestos, con lo que se impidió a los votantes acceder a información equilibrada.
Sobre el tema de los procesos democráticos —o la ausencia de estos—, los medios pro-Kremlin hicieron también una serie de acusaciones infundadas contra las ONG: que los medios de comunicación hegemónicos, algunas instituciones políticas y las ONG utilizaron todos los medios a su alcance para expresar su rechazo al proceso democrático de Rusia y que la financiación de ONG explica cómo un hombre que se autodenomina «filántropo» [George Soros] consiguió desestabilizar muchos países europeos.
El coronavirus sigue su curso
Con una pandemia mundial que no muestra signos de remitir y unos medios pro-Kremlin que afirman que Rusia ya ha encontrado una vacuna, es buen momento para examinar cómo han cubierto la pandemia los medios pro-Kremlin. Como se muestra en la cronología a continuación, las narrativas principales son de lo más claras: a Rusia le va divinamente, mientras que Occidente ha perdido la batalla.