Tras la cortina de humo de las mentiras del Kremlin acecha el despliegue militar ruso

La difusión de desinformación pro-Kremlin intenta ocultar la verdadera magnitud y las intenciones tras la concentración de tropas rusas cerca de Ucrania.
En los últimos dos meses, diferentes medios de comunicación fidedignos han informado de que Rusia ha desplegado cerca de noventa mil soldados y activos militares en zonas de acantonamiento próximas a su frontera con Ucrania, citando tanto a fuentes oficiales gubernamentales como a medios de comunicación mayoritarios.
Este tipo de movimiento de tropas no es algo nuevo; quizá todos recordemos aún la concentración similar de efectivos militares que tuvo lugar el pasado abril, que, a la luz de los acontecimientos, parecen ahora un ensayo general del despliegue en curso. Con todo, esta vez, tanto la retórica oficial como las declaraciones de carácter bélico de los medios de comunicación pro-Kremlin hacen que la situación sea mucho más preocupante desde las perspectivas ucraniana y occidental.
Nunca crea nada hasta que los medios de comunicación pro-Kremlin lo desmientan
A pesar de las pruebas abrumadoras y de dominio público procedentes de fuentes fidedignas, los medios de comunicación pro-Kremlin han negado la existencia de cualquier despliegue y han seguido difundiendo desinformación sobre sus motivos eminentemente defensivos y las provocaciones de la OTAN.
Sin embargo, en el supuesto caso de que existiera realmente un despliegue, según la visión retorcida de los medios de comunicación pro-Kremlin, este se debería a la anticipada agresión inminente por parte de una Ucrania dominada por neonazis, quienes, en una tergiversación pro-Kremlin, han sido entrenados por países occidentales. Es más, Ucrania no está sola, sino que, según la narrativa de desinformación bien preparada, la mano oculta de Estados Unidos y la OTAN, y su agresión y sus motivos siniestros, siempre está detrás de los acontecimientos.
Las viejas narrativas de desinformación de los medios de comunicación pro-Kremlin sobre una supuesta traición con respecto a la ampliación de la OTAN hacia el Este, de Rusia como víctima de la denominada retórica «antirrusa» y de una Rusia rodeada por fuerzas hostiles también han salido de nuevo a relucir para justificar el despliegue militar ruso, y posiblemente algo más.
La fuerza de la costumbre
Las invocaciones sobre las «esferas de influencia» y la «soberanía limitada de las naciones»» para decidir libremente sobre su futuro y destino, constituyen un indicador más del fracaso y la incapacidad del Kremlin para apreciar la historia tal y como fue, y extraer las conclusiones necesarias para tratar de no repetir sus errores del pasado.
Una reevaluación de los errores del pasado podría empezar, por ejemplo, con la reafirmación por parte del Kremlin del compromiso de Rusia de «respetar la independencia, la soberanía y las fronteras actuales de Ucrania» y de «abstenerse de amenazar o emplear la fuerza» contra Ucrania, tal como se establece en el Memorando de Budapest sobre garantías de seguridad.
Other notable pieces of disinformation:
- There is a propaganda campaign aimed at infecting the whole world with Omicron – No, there is no sinister “global elite” masterminding the fate of populations. This is a tinfoil hat conspiracy.
- Brussels blamed Minsk for the migration crisis, but the West is the only one responsible – Yet another attempt to shift the blame away from the Lukashenka regime’s manufacturing of a migrant crisis and its cynical instrumentalisation of people.
- Poland is the Anglo-Saxons’ fighting dog – No, Poland is a member of the European Union and NATO, and rightfully concerned about its security due to Russia’s aggressive behaviour.