Un año después de que Rusia iniciase una invasión a gran escala de Ucrania, la comunidad internacional se mantiene firme en su solidaridad con Ucrania. La Asamblea General de la ONU envió un mensaje claro: el mundo no acepta la impunidad del Kremlin. Los medios de desinformación pro-Kremlin y quienes les sirven de altavoz parecen haberse dado cuenta de ello y ahora tratan de engañar a su público afirmando que la comunidad internacional apoya a Rusia.
Contengan la risa, por favor
La semana pasada, el objetivo central de estos esfuerzos fue la reunión de ministros de Exteriores del G20 celebrada en Nueva Delhi (India). El ecosistema de desinformación afín al Kremlin estuvo muy ocupado pavoneándose del éxito de la diplomacia rusa en la reunión. Pero sus afirmaciones no podían estar más lejos de la realidad, habida cuenta de que las propuestas de «negociaciones de paz» de Serguéi Lavrov suscitaron desde condenas explícitas hasta un rechazo educado, pero rotundo, a la imposición de negociaciones a las víctimas renuentes.
El ejemplo que más claramente echa por tierra cualquier intento de calificar de exitosa la «misión de búsqueda de amigos» se dio al margen de las reuniones del G20, en el Diálogo Raisina 2023, cuando las palabras «nos han declarado la guerra» salieron de los labios de un Lavrov solemne y arrancaron una sonora carcajada de incredulidad a los presentes. Los medios de desinformación pro-Kremlin no pudieron obviar la actuación del gran jefe en su retransmisión de los hechos, de forma que, estirando todo lo posible sus capacidades manipulativas, solo pudieron rebajar el sonido de las carcajadas. Por supuesto, con sus alegaciones de «guerra defensiva» no hacía sino repetir las afirmaciones manipulativas que su amo y señor vierte desde el Kremlin desde hace ya meses.
Los agentes rusos de manipulación de la información y desinformación también habían anticipado la búsqueda de amigos más allá del escenario del G20. Otro ejemplo: están rescatando del olvido antiguas acusaciones de neocolonialismo con tufo antieuropeo y manipulando la percepción de los sentimientos antieuropeos en África. En este caso, han recurrido a divulgar imágenes engañosas de protestas o manifestaciones y venderlas falsamente como muestras del apoyo explícito a Rusia.
En caso de duda, ridiculice a Estados Unidos
Archiconocidos propagandistas rusos, como Dmitry Kiselov, sancionado en Occidente, aprovecharon la oportunidad de pintar el breve encuentro entre el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y Lavrov como un magnánimo gesto de buena voluntad de Rusia hacia Estados Unidos. Lo cierto es que Estados Unidos dio muestras de altura de miras y afirmó que estaba dispuesto a implicarse en un control armamentístico estratégico, después de que Rusia tuviese el desatino de suspender su participación en el tratado Nuevo START, asestando un nuevo golpe a la estabilidad estratégica.
Cual abusón de patio de colegio, Rusia oculta su inseguridad tras bravuconadas impostadas y no es capaz de comprender por qué las víctimas de su agresión no quieren ser sus amigas.
Un espectáculo de marionetas para un público solitario
Al percibir, quizás, que sus triunfales alegatos podrían caer en saco roto, los medios de desinformación pro-Kremlin trataron de hacer ver que las relaciones entre China y Rusia, más fuertes que nunca, se resisten a la «hegemonía estadounidense». Los medios rusos dan bombo a la narrativa antiamericana cada vez con más apoyo de China, en lo que parece ser parte de la campaña de manipulación de la información con la que los adeptos al Kremlin tratan de convencer al mundo mediante su discurso fallido de «Occidente contra todo el resto». El rosario de elogios a la potencia y la resiliencia de la economía china ante la «coerción de Occidente» parece un intento peculiar, pero francamente ruso, de cortejar a tal país a base de manipular la información. Como ocurre cuando bajas el sonido de las risas, el intento desesperado de fingir que algo es cierto no hace que lo sea.
Conmigo en soledad
Algunos medios pro-Kremlin intentaban buscarle amigos a Rusia; otros, trataban de romper los lazos entre los aliados occidentales. Con un ardor que destilaba envidia, los propagandistas del Kremlin se cebaron con la cumbre celebrada por Alemania y Estados Unidos para tratar de enturbiar las relaciones entre ambos o presentar a Alemania como una nación egoísta y poco fiable, llegando incluso a ridiculizarla abiertamente por plegarse gustosa a los caprichos de Estados Unidos.
Si estas afirmaciones y acusaciones fuesen ciertas, ¿por qué iban los buhoneros de la desinformación del Kremlin a gastar tiempo y dinero inventándoselas? Más bien tratan de torpedear la unidad entre ambos países, sabedores de la dolorosa verdad: Estados Unidos y Alemania van de la mano en la provisión del apoyo que necesite Ucrania para luchar contra la invasión sin cuartel de Rusia.
Una fortaleza llamada Rusia
Por último, para cubrir sus apuestas y alimentar la idea de asedio promovida por el Kremlin, los medios de desinformación lanzaron leña al fuego de la amenaza terrorista con teorías rocambolescas sobre lo sucedido recientemente en Briansk. Presentarse como la «fortaleza rusa» sitiada es una vieja táctica pro-Kremlin de manipulación consistente en convertir el victimismo en arma arrojadiza para granjearse apoyos a sus inexcusables actos. En la misma línea está acusar a Ucrania de ser un Estado terrorista o recriminar a la UE su apoyo a supuestos ataques terroristas de Ucrania contra Rusia.
Y, como guinda del pastel, aderécese la narrativa paranoica del asedio con una pizca de temor y mentiras sobre «bombas sucias» y armas secretas psicotrópicas estadounidenses, no en vano el miedo es uno de los instrumentos de manipulación predilectos del Kremlin. No se dejen engañar.
Bajo el radar de EUvsDisinfo esta semana:
- Está ya bastante manida la desinformación pro-Kremlin que afirma que Estados Unidos está ayudando a Ucrania a preparar un acto de provocación empleando armas químicas. No es cierto. Se trata de una teoría de la conspiración y una consigna recurrente de desinformación pro-Kremlin que apunta al supuesto uso de armas químicas por parte de Ucrania y que trata de culpar a esta por las atrocidades de la guerra, como explicamos en un análisis reciente.
- Una idea más original, aunque no deja de ser más de lo mismo, es la que arrojan los medios rusos de desinformación que insisten en la falaz narrativa de que las sanciones antirrusas impuestas por la UE están aniquilando la soberanía económica de Europa. Se trata de una desinformación recurrente que gira en torno a las sanciones que pesan sobre Rusia y a la desintegración de la UE, todo ello sin duda vinculado a su reciente adopción del décimo paquete de sanciones a Rusia por su agresión y ocupación ilegales de territorio ucraniano.
- Un tema relativamente nuevo en nuestros análisis es la afirmación infundada de que el secuestro de niños ucranianos por parte de Rusia es un bulo absurdo. Se trata de una atroz negación de los crímenes de guerra perpetrados por las fuerzas armadas rusas. La sustracción y el traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia han sido documentados por la ONU, Human Rights Watch y Amnistía Internacional. Ucrania ya ha denunciado las acciones de la defensora del niño rusa, Maria Lvova-Belova, al Tribunal Penal Internacional.